En un principio Clyde se resiste a aceptar el caso, sin embargo, su necesidad de dinero y el interés que Jade despierta en él le llevarán a aceptar. Pero lo que parecía solo un caso más se revelará como una sórdida trama de corrupción, nacida a la sombra de las brillantes luces de los rodajes.
En una ciudad donde los sueños y las mentiras son una misma cosa, Clyde no cejará en su empeño por descubrir la verdad ni por conquistar el corazón de Jade.
Y todo esto pasa en
Los Ángeles, California, a finales de la decada de los 50. La época dorada de Hollywood, la era del swing, de los tipos duros que no se quitan el sombrero y la corbata ni a la hora de cenar y las mujeres de apariencia impecable y sensualidad a flor de piel. Los años de Marilyn Monroe, de Ava Gardner y Frank Sinatra, tiempos de prosperidad y doble moral.
Ellos son
Clyde Deckard, expolicía, investigador privado, buscavidas a jornada completa. Clyde ha pasado por mejores momentos, pero ahora sus negocios no están muy boyantes. Su vida sentimental también es un desastre, no quiere compromisos ni complicaciones, pero las complicaciones llegan sin necesidad de que las busques.
Jade es independiente, decidida, está acostumbrada a salir adelante, tiene una buena vida y no quiere renunciar a ella. Ahora se encuentra con que alguien intenta ponerla en peligro. ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar con tal de no perder lo que tanto le costó conseguir? Por lo pronto, para evitarlo, necesita la ayuda de Clyde.
Además
Chantajes, chicas que quieren ser como Marilyn, hombres que piensan que no hay nada que el dinero no pueda comprar, Clyde dispuesto a lo que sea con tal de conseguir a Jade, películas no aptas para menores, Jade tratando de resistirse a Clyde, intereses cruzados. Mentiras. Sueños.
Reseñas en:
Y un fragmento
—¿Disfrutas de la fiesta, encanto?
—¿Qué haces aquí?
—Pasando el rato. Te vi y se me ocurrió saludarte.
Tengo algunas novedades.
Miró inquieta a su alrededor y respondió bruscamente:
—Aquí no.
Él sonrió.
—Donde tú quieras.
Ella no sonrió.
—Espérame en la parte de atrás. Iré dentro de un
rato.
Se giró hacia su grupo y a él no le quedó otra
opción que alejarse. Seguía igual de agradable. Debía reservar la simpatía para
los directores de cine. Rodeó la casa. El jardín continuaba por la parte
trasera, pero no se encontraba iluminado. Encendió un cigarrillo y esperó a que
llegase. Era una extraña coincidencia. El oficio le había enseñado a no confiar
en las casualidades. Sin embargo, ¿qué podía tener que ver? ¿Y por qué se había
empeñado en hablar con ella? No necesitaba responder a esa pregunta. En realidad,
no tenía gran cosa que decirle, no se trataba de eso, era solo que le gustaba
la idea de tenerla al menos un rato solo para él, apartarla de toda esa gente.
Solo eso. Por ahora.
La vio acercarse. Segura y sin vacilaciones. Sus
tacones de aguja repiqueteando con decisión por el sendero de piedra.
—Espero que valga la pena la interrupción.
—No lo sé. Depende de lo que esperes descubrir.
—¿Vas a seguir dando rodeos o me lo vas a contar?
—He encontrado a Meyer. Sé donde vive, sé en qué
trabaja, sé que no tiene familia y sé que sus amigos son tan hijos de puta como
él. Pero sospecho que ya sabías todo eso.
—Lo que está claro es que no te pago para que me
cuentes lo que ya sé.
—Quizá deberías contarme lo que ya sabes para que
pueda centrarme en todo lo demás.
Ella guardó silencio y se quedó mirándole como si
considerase la idea. Eso estaba bien, pero lo que él consideraba en aquel
momento era lo mucho que le gustaría recorrer la suave curva de su hombro
descubierto. Frío por el rocío de la noche, cálido más allá de su superficie.
Jade le sacó de esos pensamientos.
—El martes lo discutiremos, ahora no puedo
entretenerme. Iré allí a las once.
—¿Qué prisa tienes? Seguro que ya ha encontrado a
otros que le estén riendo las gracias.
Le miró más despacio y tardó un poco en contestar.
—Con quien me ría o me deje de reír no es problema
tuyo.
—Era demasiado evidente que fingías. Tendrías que
mejorar eso.
—No si es suficiente para él. ¿No crees?
—¿Y es suficiente para ti?
—¿Por qué? ¿Contigo me divertiría más?
Le estaba siguiendo el juego. Si hubiese sido otra,
habría bastado con una sonrisa para tener la mitad del asunto resuelto. Sin
embargo ni siquiera pensó en sonreír, solo le devolvió la intensidad con la que
le estaba mirando y le respondió con voz suave y a la vez profunda:
—Encanto, yo haría por ti algo mucho mejor que eso.
Y aunque pudiese sonar a frase fácil y hecha, lo cierto
es que cuando la pronunció lo sintió tan sincera y vívidamente como si le
estuviese haciendo una promesa. Y por un segundo vio en los ojos de Jade el
reflejo de lo que debía haber visto en los suyos y quizá sí fuese ahora el
momento de apoyar su mano en su espalda y… Pero su rostro cambió casi antes de
que le diese tiempo a pensarlo y le miró de nuevo con dureza. Y sus palabras
sonaron todavía peor.
—Olvídalo, Deckard. No estoy a tu alcance.
Le dolió. Le dolió más de lo que habría sido
razonable. Tanto como para no dudar en devolverle el golpe. Era solo una
sospecha.
—¿Por qué? ¿Tanto pides?
Entonces su mirada pasó de dura a mortal. Pero eso
no significaba forzosamente que estuviese equivocado.
—Vete a la mierda, Deckard.
Su espalda, destacando pálida en la oscuridad de la
noche, fue lo único que vio ya de ella.
También era posible que se equivocase. Solo una cosa
era segura: habría estado mucho mejor callado.
Que sepas que me la estoy leyendo otra vez y voy por el capítulo 6, "soy otra cliente satisfecha" (que es la última frase que he leído y ya sabes lo que nos gustan las señales, creo que Deckard lo va a petar! a mí me está reconquistando y me mola mil la niña, que ya no me acordaba, jejeje, qué buena manera de "arreglar" ya sabes qué de otro personaje anterior, ains, me encantas, nena :P).
ResponderEliminarMil besos!!!
Ves como sí que tengo conciencia??? Solo que es de efecto retardado ( y ahora encima inversa... XD) Gracias, amore, ya me contarás qué tal de aquí al final :)))) TQM!!!!!
EliminarAins Marisa, que buena pintaza que tiene, espero pronto poder leerla que le tengo unas ganas... Muchos besos guapa !!! :D
ResponderEliminarEn cuanto pueda me pongo con él, que yo no lo leí, y le tengo muuuuchas ganas!!! :)
ResponderEliminarGracias a las dos!!! Espero que os guste, tiene bastante de suspense, pero es que el suspense siempre ha sido mi otra debilidad, muchas tardes de verano leyendo a tita Agatha <3 eso marca carácter! XD Un beso grande!!!!!
ResponderEliminarUf, me encanta esa escena.
ResponderEliminarHola, tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarBesos.
A mí también me gusta, Lidia :) y gracias por pasar, Candy! Un beso a las dos!!!
ResponderEliminarSabes que me encanta esta novela!!!!
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