22 de noviembre de 2015

Pongamos que hablo de Madrid

Hace algo así como año y medio estaba pensando en posibles ideas para entradas. Es complicado decidir qué escribir. A veces surgen muchas ideas, otras ninguna. Hace falta que me guste a mí, pero también estaría bien que interesase a los demás, porque si no, pierde mucha gracia.

Algunas de las entradas más leídas del blog son las que tienen como tema Toledo. Es lógico. Es una ciudad que recibe miles de visitas (y se las merece todas). Hay un montón de gente buscando información. Se cuentan por docenas las historias curiosas alrededor de la ciudad, así que no es que se me hubiesen agotado las posibilidades. Pero dando vueltas a la idea, una cosa llevó a otra. Se me ocurrió que también podía escribir sobre Madrid, que es mi otra ciudad de referencia. Siempre lo incluyo cuando me solicitan una de esas pequeñas biografías: Vivo a medio camino entre Madrid y Toledo. Mi corazón y muchos de mis mejores recuerdos están divididos entre las dos.




Al final no escribí aquella entrada sobre Madrid. Las ideas pueden tomar cursos inesperados, por eso son peligrosas. Por aquel entonces estaba un poco bloqueada (más bien mucho) con una historia que ocurría en una ciudad que no he pisado nunca. Las guías de viaje se me caían de las manos, los documentales me parecían hechos con decorados de cartón piedra. Se me cruzó otra trama completamente distinta. Podía haberla situado en cualquier lugar, pero no lo dudé un segundo. Tenía que ser Madrid.


Si pasáis por Velázquez y buscáis un sitio para desayunar.... La imagen es del blog You & Home ;)



De niña vivía aún más cerca de la capital, en Getafe, uno de los pueblos del cinturón del sur. Cada vez que íbamos a Madrid era un acontecimiento: las escaleras mecánicas de los grandes almacenes, el Palacio de Cristal del Retiro, el metro, el revoltijo humano y material del Rastro... Luego crecí, nos fuimos un poco más lejos y a un pueblo todavía mucho más pequeño. Madrid siguió representando para mí durante muchos años (no sé si los mejores, pero sí los más jóvenes) ese lugar cercano y accesible en el que la aventura aún era posible. Sabina cantaba eso de Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal... y yo, cada vez que subía a la línea 1, soñaba con esa vida urbana, un poco gris, más anónima, pero abierta a lo inesperado. Con luces, con sombras, viva, intensa, con todo lo que no puede ocurrir en un pequeño pueblo donde todos sus habitantes se conocen demasiado bien.

Con buena parte de eso nació Tú en la sombra. Es seguramente la historia en la que he puesto más de mí. En todos los personajes de todas mis historias siempre hay algo de mí. Por eso me gustan y me dan un poco de lástima incluso los malvados. En Tú en la sombra hay un poco más: en Jorge, en Irene, conozco muy bien y de cerca a individuos como Francisco Díaz-Plaza, he estado muchas veces en los cines Renoir, he cenado en ese Vips de la calle Alcalá en el que Jorge cita a ciegas a Irene, y no, no he ido nunca a un club de intercambio, pero, sin buscarlo y en pleno centro, más de una vez he pasado por delante de las discretas puertas de uno. 

No era este, pero si queréis saber dónde está, basta con que googleéis un poco ;)


No he visitado Nueva York y puede que no lo haga nunca. Madrid es mi gran manzana particular. No cambiaría mi pueblo (ya no tan pequeño) por nada, pero me sigue gustando ir a Barajas o a la misma Atocha y cruzarme con mil historias distintas. Me quedo mirando a las mujeres y los hombres que se visten precisamente para que los miren, me mata la envidia hacia quienes tienen a un paso la última exposición del Thyssen y nunca me canso de pasear por las callejas que rodean a la Plaza de la Villa. 


Porque en Madrid se puede cambiar de siglo con cruzar una calle



Justo este lunes tengo una cita en Madrid. Es por eso que me he animado a escribir esta entrada que había ido dejando. Mentiría si dijese que no estoy nerviosa, pero lo he estado más otra veces: cuando fui a la Complutense por primera vez para hacer el examen de selectividad, cuando me equivoqué de salida en la M30 y me metí en plena noche en la Casa de Campo (y os aseguro que no era plan bajarse del coche y preguntar a las señoras prácticamente desnudas que hacían la calle cómo se salía de allí), cuando tuve que ir a la Delegación de Industria para entrevistarme con un funcionario de cuya decisión dependía que la empresa que me permite pagar la facturas y tener tiempo para escribir siguiese o no adelante (y, aunque no lo creáis, el problema se solucionó, y el funcionario se mostró encantador, colaborador y muy competente).

Así que en Madrid me ha pasado un poco de todo, bueno y malo, pero no borraría nada. Sé que nunca dejaré de quererla y no tengo ninguna duda de que lo del lunes será otra razón más para seguir haciéndolo.





En plena Castellana y a muy pocos metros de Capitán Haya, hablando de Arianne, que no tiene nada que ver con Jorge e Irene, pero seguro que conocéis esas teorías que dicen que todo está conectado y que apenas hacen falta unos pocos pasos para encontrar la relación entre las cosas más dispares. Basta con un poco de imaginación y algunas palabras. El lunes cuento con vosotros para compartir ambas cosas. Incluso aunque no estéis allí. Ya lo hacéis cada vez que leéis una de mis historias. 

Gracias a todos por leer



10 comentarios:

  1. Hola, Marisa. Yo he ido varias veces ya a Madrid y, aunque quizá no comparta contigo esa pasión que sientes hacia la ciudad (pues esa la reservo para mi querida Sevilla, donde vivo desde que nací), sí que entiendo lo que dices sobre las historias que observas y que te llegan a la cabeza. Pero como yo paso la ayor parte de mi tiempo en mi ciudad natal, se me ocurren más ideas aquí y por eso una de mis novelas próximas a la venta está ambientada en Sevilla. Porque la conozco bien y porque también tiene su encanto. ¿Por qué ambientar siempre en las mismas ciudades cuando hay otras que te ofrecen lo mismo?

    Muchísima suerte mañana en la librería, aunque sé que no la necesitas ;)

    Saludos.

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    1. Claro que sí!! No todas las novelas tienes que ocurrir en Londres o en Manhattan :P Me encanta Sevilla y seguro que has llevado el amor que sientes por tu ciudad a lo escrito y eso es lo importante :))) Un beso grande y muchas gracias por los buenos deseos. Fue estupendo, sí. Mucha suerte también con tun novela y gracias por pasar!

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  2. Cuando la ciudad pinte sus labios de neón, subirás a mi caballo de cartón ;) Ains, sigue siendo una de mis canciones favoritas desde muy niña y, en cuanto a Madrid, la amo. Soy gata-gata ;) pero yo no venía a contarte eso, venía a decirte que ojalá la presentación no me pillase en el curro, que no salgo hasta las 20:45 y a esas horas ya estaréis terminando y después creo que tampoco llego, ya sabes por las dos últimas veces que nos hemos visto que a eas horas me he tenido que ir corriendo.
    Me consuela saber que estuve en tu primera vez y que habrá muchas más, en la segunda no puedo, pero con la tercera aún puedo soñar :D
    mañana va a ser GENIAL
    mil besos!!!

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    1. Ha sido genial, pero como la primera ninguna! XDD No estabas pero casi que te sentía, como la otra vez *.* Gracias por todo lo que me das, amore <3 <3 <3 <3 Miles de besos!!!

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  3. Madrid, Madrid, Madrid (léase entonando una canción chulapa muy conocida). Sabes que la tengo al lado... sabes que no me cuesta nada ir... sabes que quería ir... ains! Qué p.....!!! Espero que lo disfrutes muchísimo! Te pienso estar mandando wases si no tengo pacientes en ese momento para que cada vez que vibre tu móvil pienses que estoy ahí entre toda la multitud con los lagrimones en los ojos porque tú has llegado donde las dos soñamos que queríamos llegar en algún momento. Espero que te diviertas y que vivas a tope el momento y, por supuesto, queremos fotos y crónica de tu gran día. Un besazo enorme!

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    1. Tus wasaps llegaron justo en el momento preciso! Cuando llegué a la librería y no había nadie aún y me vino de perlas un empujón para entrar... XD Gracias, corazón, ahora toca esperar a la tuya, que seguro que no tardará!!! Tú sabes que yo no me equivoco casi nunca!!! xDD

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  4. No soy mujer de ciudad grande; me imagino Madrid (solo he estado una vez, y solo fue un día) como Barcelona, donde me agobio un montón. Pero me encantaría estar ahí. Ten por seguro que mi corazón estará ahí contigo.

    Un besazo.

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    1. Aquí entre tú y yo, Marian, también me agobio y me sigue imponiendo respeto, a la vez que me tira mucho, pero sin abusar!!! xD Y sí, a mí también me habría encantado tenerte cerca, pero en el fondo no estamos muy lejos, verdad?? Siempre aquí a un solo clic :))) Un abrazo enorme!!!!

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  5. He leído con atención, pero voy a guardarme las felicitaciones y los besos porque pienso dártelos en directo.
    Nos vemos allí! Muak!

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    1. Nos vimos!!! XD Y fue fantástico *.* Gracias, Cris <3 <3 <3 <3 Te debo otra!!!

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