14 de febrero de 2018

Cuatro años después

Tal día como hoy pero de hace cuatro años publicaba por primera vez y eso, junto con los acontecimientos de esta última semana (el descubrimiento de que muchas de las novelas que acaparaban las mejores posiciones de los Top de Amazon ni siquiera pertenecían a sus teóricos autores, sino que las compraban —en el mejor de los casos— a precio de saldo) me ha hecho ponerme reflexiva y volver la vista atrás, a lo que ha cambiado el mundo de la publicación editorial en estos cuatro años, cinco si cuento desde que llevo conociéndolo más de cerca.




Me hacía una ilusión mortal publicar y llamadlo vanidad, pero tenía el íntimo convencimiento de que mis historias eran lo bastante buenas como para conseguir estar algún día en las librerías. Podéis imaginar lo nerviosa que estaba, lo emocionada y lo responsable que me sentía (gracias siempre, Lola y Esther). El sello era exclusivamente digital, pero no era imposible que si las ventas funcionaban se llegase a editar en una colección en papel. Por aquel entonces no me conocía casi nadie y no es que ahora me paren por la calle, pero la publicación que puse ayer en FB compartiendo esta entrada de Miss Cherry tuvo más me gustas que la de mi debut literario. Y sin embargo El juego de la inocencia entró en el Top de Amazon ese mismo día, llegó al nª 13 y se quedó allí durante más de dos meses.


¿Ya os he contado que lo gusrdo todo?


No es que fueran cifras espectaculares, pero no apostaría nada realmente valioso a que a día de hoy pudiera repetirlas (no al menos con sello editorial). Las condiciones eran distintas y conseguir visibilidad resultaba más factible. No había decenas de novedades a diario, no existía el Kindle Unlimited (acabo de mirar ahora mismo y de las cincuentas novelas mejor situadas solo tres están fuera del programa). Justo por ese entonces mucha gente comenzó a darse cuenta de que el fin no tenía por qué ser que una editorial se fijase en ti (que era el objetivo de la mayoría de quienes autopublicaban) sino que se podía vivir de escribir, pero cumpliendo determinadas condiciones: publicando con frecuencia, teniendo una presencia publicitaria fuerte en las redes, con el apoyo de los autores entre sí (como hacen las editoriales); y así Amazon fue dejando de ser esa plataforma donde los milagros eran posibles para convertirse en algo más práctico. Y no  es que me parezca ni bien ni mal, las cosas cambian y hay que adaptarse. Lo que funcionaba seis meses antes deja de hacerlo, y si quieres seguir en en el juego no puedes perder pie, tienes que continuar con tu vida mientras te conviertes en directora de marketing, diseñadora, publicista, community manager... 

Y sin hacer ningún curso, porque en realidad no me gusta nada vender, solo me gusta que compren...

Los cambios no se limitan solo a Amazon, las editoriales se han hecho menos inaccesibles. Hace unos pocos años publicar una novela romántica a través de una editorial era una opción al alcance de contadas autoras nacionales y ahora sucede al revés, muchas de fuera han dejado de traducirse. Además tenemos lo que yo llamaría editoriales intermedias, que no tienen distribución en librerías, pero sí imprimen tiradas a medida y se pueden adaptar a lo que necesitas. Tantas oportunidades han generado cientos de nuevos autores y a su vez nuevos lectores, aunque juraría que no han crecido en la misma proporción (no se han centuplicado). Lo que sí tenemos es muchos (pero muchos) más blogs, nuevas redes (lo confieso, a mí también me entran ganas a veces de dejarlo todo e irme a vivir a Instagram), montones de encuentros repartidos por todo el país y más posibilidades que nunca para dar a conocer nuestro trabajo. Nos hemos “profesionalizado”. Lo pongo entre comillas, porque realmente pienso que todavía falta un largo camino para que eso ocurra de verdad, pero estamos en ello. 

Sin embargo, diría que todas estas oportunidades no se ha traducido en una mayor satisfacción ni de los autores ni de los lectores. Aparte de los últimos escándalos, con demasiada frecuencia veo a compañeros que llegan con mucha ilusión pero poco conocimiento de la realidad y se desesperan. “¿Cómo puedo hacer para que me vean? ¿Cómo consigo una reseña? ¿Por qué nadie se acuerda de mi novela si solo hace dos semanas que la publiqué?”. Y yo no sé de ninguna fórmula mágica (los fraudes no cuentan), lo único que he visto que funciona a lo largo de estos años es la constancia, empezar por conocer (porque es la mejor forma de que te acaben conociendo),  poner lo mejor de ti, y por supuesto hacerlo bien (hacerlo mejor que los demás) también ayuda. Es difícil, pero no imposible abrirse paso, y en estos años me he alegrado de ver cómo muchos lo conseguían, pero os mentiría si no reconociese que también he visto a mucha gente con talento, con originalidad, con buenas ideas pasar inadvertidos, tener ventas mínimas mientras cosas (es el mejor nombre que puedo darle) pésimas (publicadas o autopublicadas) arrasaban en los tops. E igual que de eso podríamos hablar de la disminución de los estándares de calidad, de la piratería, del hecho de que haya más beneficios alrededor de la escritura —cursos, edición, merchandising— que en el hecho mismo de escribir, de que si hay tantos blogs es porque las editoriales han delegado la publicidad en ellos y se limitan a repartir ejemplares, y de que a pesar de que las tiradas son cada vez más pequeñas pocas veces se agotan y tienen que revenderse muy por debajo de su valor o directamente se destruyen los ejemplares.

Y que conste que estar rebajadas es lo mejor que les puede pasar
Así que como en tantos otros aspectos este no es mundo justo, y tampoco creo que vaya a ir a mejor. De hecho diría que estamos pasando por una especie de burbuja y que de aquí a unos años habrá cierta estabilización y menos publicaciones. Algunos se cansarán de que su esfuerzo no vea fruto, parte del entusiasmo por escribir y publicar pasará, seguramente la edición y la distribución en papel se restringirá y, salvo los grandes éxitos respaldados por campañas masivas de marketing, se optará por la impresión bajo demanda. Los lectores dependerán (dependen ya) de cada autor, de cada nueva novela y de que consigas convencerlos de que merece la pena que te dediquen su tiempo. 


Y lo otro no deja de ser solo humo, sinceramente creo que no importa tanto el modo, si te leen en papel o en digital, si es con sello o autopublicas, si estás entre los más vendidos o te descubrieron por casualidad. Creo que lo que importa en este negocio de que te lean es ofrecer algo a cambio: un poco de felicidad, de emoción, de reflexión, de evasión...

Por eso hoy que estoy de celebración quería romper una lanza por las historias que verdaderamente merece la pena leer (la que te merece la pena a ti, que no tiene que ser la misma que la mía), por las editoriales que se comprometen con sus autores y arriesgan e invierten en ellos, por los autopublicados que se vuelcan en su trabajo, por las lectoras que motivan y comparten (incluso compran) y recordar que el mundo editorial puede haber cambiado mucho en estos años, pero lo que no podemos perder es la ilusión por aquello en lo que creemos, ni deberíamos dejar de descubrir novelas que no se olvidarán a las pocas horas, ni dejarnos deslumbrar por las apariencias. 

A veces lo mejor pasa desapercibido, pero  por pura casualidad lo descubres y sucede la magia. Eso me ha pasado a mí esta semana con este tema de Nick Mulvey, y por eso voy a dejaros con él, porque lo bueno y más si es poco conocido, siempre merecerá ser compartido. 

Lo demás se lo puede llevar el viento.

10 comentarios:

  1. Me ha encantado tu reflexión. Todo se normalizará...

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    1. Yo también lo creo. Estamos en épocas de cambio, pero al final el tiempo lo pondrá todo en su sitio. Muchas gracias, Almudena, y un abrazo grande.

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  2. Escucho la canción mientras te escribo, no la conocía y es muy linda. En cuanto al post, pues es la pura verdad ;) como solemos decir, aunque no sé si yo me atrevo a hacer predicciones, jejeje, pero l atuya me parece muy coherente, lo importante es seguir haciendo lo que amamos: leer, escribir y si encima vendes, ya es perfecto ;)
    Mil besos, amore!!!

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    1. Si encimas vendes ya tiene que ser cómo jugar al póker y ganar... XD Un abrazo inmenso, amore. Hablamos y nos leemos :)))

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  3. Hola!!

    Sigo diciendo y defendiendo que lo importante es la calidad. Tu me llegaste recomendada, ni te conocía, pero te leí y me gustaste... y te seguí leyendo y, como tú, otras, creo que es la mejor forma de venderse. Escribiendo con calidad, y debería ser obvio, pero no lo es... lamentablemente. Las editoriales han delegado demasiado el papel publicitario bajo blogs que cada vez están perdiendo más su credibilidad. Azazon es un arma de doble filo para los lectores y es imposible atisbar lo bueno entre tanta publicación, por lo tanto lo mejor el boca a boca y siempre sabiendo de quien te puedes fiar... y no hablo ahora de blos que puedan se insinceros, sino de gente con gustos afines a los tuyos. Es la única vía.... Eso sí... calidad. Que parece obvio pero no lo es. No lo compro. No sé si esto mejorará o no, porque esta crisis ya lleva unos años. Espero que se normalice.Y por supuesto, seguir encontrando tus novelas en mi librería!!!
    Perdón por el tocho que te he escrito!!!
    Un besote

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    1. Me encantan tus tochos <3 hablando nos entendemos y estoy de acuerdo en que a pesar de la sobreabundancia de publicaciones o precisamente por eso, muchas veces cuesta encontrar esa lectura especial, al final acabamos confiando en lo que no suele fallar las recomendaciones de confianza. Yo estaré siempre agradecida a quién me recomendó XD Un abrazo enorme, Pepa.

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  4. Desde el miércoles parece que he convertido en hábito lo de pasar por aquí, a leer tu entrada, empaparme de tus últimos dos párrafos y darle al play.
    Quiero quedarme con ese mensaje. Podemos vivir tiempos oscuros pero seguirá habiendo un montón de pequeñas cosas que nos enseñen que merece la pena. Cosas por descubrir, compartir y disfrutar. Dejar que esta ola pase... y quedarnos con lo que de verdad nos hace felices.
    Un beso.

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    1. Every breaking wave.. Yo también pasé el otro día por tu blog y le di al Play. Por eso voy a tomar prestadas las palabras de Bono: You know where my heart is, the same place that yours has been.
      Esperaremos la próxima ola, Lidia. Mientras, gracias por tanto, por las cosas grandes y por las pequeñas, y un abrazo de los que tú ya sabes.

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  5. Marisa, enhorabuena por tu aniversario! Sólo me puedo hacer una idea la felicidad que te tuvo que causar ver publicado tu libro, tiene que ser muy emocionante.
    Me quedo con algo que has dicho: que las editoriales han delegado la publicidad y el marketing en los blogs de reseñas. Yo pienso que es un error, precisamente escribí una entrada en mi blog la semana pasada al respecto, y que conste que yo mi blog es sobre esto mismo, pero funciono de otra manera.
    De todas formas, como lectora voraz te puedo asegurar que somos muchos los que seguimos buscando y descubriendo nuevos autores, sobre todo en Amazon.
    Un beso!

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    1. Gracias, Jane, leí tu entrada y estoy de acuerdo en que la influencia de las reseñas es limitada, aunque existe un efecto hype (ese libro que está en todas partes y que todo el mundo quiere leer) que sí se contagia a través de las redes, que las editoriales buscan y al que los blogs contribuyen. Es el signo de los tiempos (y tampoco es nuevo, solo cambian las formas). En cualquier caso estoy de acuerdo en que no hay nada mejor que leer dejándose llevar por la curiosidad o la intuición y no tanto por las modas. Un abrazo y seguiremos buscando esas novelas que nos sorprenden y, por supuesto, compartiéndolas.

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